El rebbe Menachem Mendel Schneerson es considerado uno de los rabinos más influyentes del siglo XX. Por su tumba en Nueva York pasan anualmente miles de personas. Sus enseñanzas rigen hoy a la relevante comunidad observante Jabad Lubavitch. Él no se consideraba Mesias, si bien sus seguidores creen que volverá o incluso que no murió. El primer viaje de Javier Milei como presidente electo, antes ha sido a Estados Unidos para agradecerle su bendición.
Actualmente el movimiento ha crecido un 200% desde 2001. Tiene numerosas sinagogas, y cuenta con 4.500 centros en todo el mundo, escuelas, centros de rehabilitación para adictos, hogares para discapacitados y sinagogas. Por disposición del presidente Jimmy Carter, en 1972, el día de su nacimiento se conmemora el Día Nacional de la Educación en los Estados Unidos. Bajo su inspiración, en las escuelas públicas se dedica un minuto a rezar al comienzo de la jornada.
El rebbe nop ha tenido sucesor porque creen que es iremplazable. Él guía sus directrices, sus enseñanzas y la inspiración. En vida había largas colas para visitarle. De 6.000 a 7.000 persomas cada día. A cada persona le daba una bendición y un dolar, para aumentar la bondad del mundo. A cambio, quien recibía un dolar tenia que destinar otro a la caridad. Su filosofía era que cuando dos personas se encuentran, el bien ha de repercutir en una tercera. Para Schneerson, «la vida no se trata solo de lo que puedes obtener, sino de lo que puedes dar». Esta frase encierra un importante mensaje sobre el propósito de la vida. Nos recuerda que el verdadero significado de nuestra existencia no radica únicamente en lo que podamos obtener o acumular para nuestro propio beneficio, sino en la capacidad de dar y contribuir positivamente al mundo que nos rodea. Es en el acto desinteresado de ayudar a los demás, de ofrecer nuestro tiempo, energía y recursos para el bienestar común, que encontramos una plenitud que va más allá de cualquier logro personal. En resumen, la vida alcanza su máximo sentido cuando somos capaces de colocarnos al servicio de los demás y renunciar al egoísmo en pos de un bien mayor.
Nacido en la Rusia zarista en 1902 y miembro de una familia de rabinos, Menachem Mendel Schneerson huyó del país en 1928. Se casó ese año con su prima segunda, con la que no tuvo hijos, hija a su vez del líder de Jabad Lubavitch. La pareja pasó por Riga, Varsovia y París antes de instalarse en Nueva York.
El antecesor de Schneerson, su suegro, Iosef Itzjak Schneerson, estuvo a punto de ser asesinado por los nazis en Varsovia, en 1940, pero la presión internacional logró salvarle la vida. En 1950, al morir su suegro, quedó al frente de Lubavitch.
Tras dos años padeciendo una hemiplejia que paralizó su costado derecho y le afecto casi totalmente el habla, murió en 1994. Fue sepultado en el cementerio de Montefiore, debajo del Ohel, que en hebreo significa carpa. Desde entonces comenzó a ser venerado como una gran personalidad judía porque convirtió a un pequeño grupo jasídico -la corriente espiritual observante en la que abreva el Jabad- en uno de los movimientos más influyentes del judaísmo religioso. La ortodoxia de los jabadnikim, quienes integran el grupo, se manifiesta en la ropa. Al ser parte del judaísmo jasídico, usan ropa negra, abrigos largos y sombreros. Los hombres se dejan crecer la barba y la vestimenta de las mujeres les cubre las rodillas y los codos y no pueden exponer en público su cabello una vez que están casadas.
En el caso de los Lubavitch de Kfar Habad, una localidad en el centro de Israel, no hay duda. El gran rabino Menachem Mendel Schneerson, fallecido a mediados de los noventa y al que parte de sus seguidores consideran el Mesías en persona, lo dejó claro. No se debe siquiera contemplar la posibilidad de evacuar a judíos de lo que él consideraba la tierra prometida. Lo que dijo Schneerson es palabra de Dios en esta localidad, asentada sobre los restos de una antigua aldea palestina anterior a 1948. Los carteles con la imagen del supuesto mesías se pueden ver por todo Kfar Habad.
A diferencia de otros grandes rabinos, que se mantienen al margen del litigio entre israelíes y árabes, el de Lubavitch ha respaldado a los partidos de la derecha nacionalista en este país y se manifestó en contra de toda concesión territorial por la paz. Hace dos años, sus seguidores lanzaron una campaña mundial con el lema: «Preparaos para la llegada del Mesías», en alusión a su rabino, y su «muerte física», como dijo uno de sus discípulos, «no significa que lo sea y que volverá para redimirnos». El rabino de Lubavitch, al que sus Jasidim atribuyen innumerables milagros y al que han obedecido ciegamente, ha sido visto a menudo como un hereje por fomentar de hecho el culto de su persona, algo repudiado por los mitnagdim u opositores ortodoxos.
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El camino de descenso a las profundidades de nuestro ser y salida al encuentro de nuestros hermanos es cíclico y a la vez progresivo, hasta que veamos a Dios ‘cara a cara’. Por esto no hay auténtica mística sin ética, ni ética verdadera sin mística, ni verdadera religión sin mística ni ética. Y todo esto lo vive la persona santa en el aquí y ahora del presente de Dios. Todo comienza con una decisión, la de salir, la de ponerse en camino para descubrir nuevos horizontes, abrirse a lo provisional y hacerse peregrino.
Quiero compartir esta Reflexión
en torno a una inquietud
sobre una
«Fraternidad amplia».
Desde mi Nazareth. Rogelio Bernal
Se me pide dar algunos elementos que puedan fundamentar la puesta en marcha de una «Fraternidad amplia». Esto, por supuesto, dentro del carisma foucauldiano y teniendo en cuenta lo que ya existe. Partimos del proverbio: «no hay nada nuevo bajo el sol». Es decir, no vamos a «inventar» nada. O como dice S. Juan, «les doy un mandamiento nuevo que es antiguo». Quiere decir, renovar las cosas dentro de lo que ya está establecido que es Jesús y el llamado a la fraternidad universal.
Pero quizás podríamos partir de aquí. Porque el elemento «nuevo» sería Nazareth. Y no que sea nuevo, pues es el más antiguo. Pero dentro de lo que el hermano Carlos quiso revivir, podríamos analizarlo desde un nuevo Pentecostés en la Iglesia, a partir de Nazareth. Y si no me equivoco, fue lo que pretendió el hermano Carlos, o mejor, el Espíritu Santo a través de él. Y dónde podríamos ubicar el germen de esto? Sencillamente en nuestro bautismo. Allí ha sido sembrada una semilla que está destinada a desarrollarse y crecer.
Desde allí, creo yo, podríamos hablar de una «Fraternidad amplia». Quiere decir, que ésto se da dentro de una Comunidad de bautiza-dos, que quieren revivir en serio su compromiso bautismal. Pero se incluye el «bautismo de deseo», o sea, para los que, aún no profe-sando el Credo Católico o cristiano, desean ser fieles a lo que en conciencia creen. Y podríamos ponerlo también y consecuentemente desde ese «llamamiento universal a la santidad». No olvidemos que ya los Hechos de los Apóstoles nos habla, y es actual esta Palabra, de la Comunidad ideal: Compartir lo que tenemos y desde lo que somos; entonces el camino sería, dar a conocer Nazareth desde estas raíces. Que seamos concientemente capaces o dispuestos, con la ayuda de Dios, a asumir este compromiso. A «dejarlo todo» , entrando en esa pobreza de espíritu a que nos llama el hermano Carlos, que no es otro que vivir el Evangelio en profundidad. Si ésto hacemos, el Espíritu nos abrirá caminos, que es el que ya ha abierto en tantas ramas donde se vive el espíritu de Foucauld; porque tendremos que seguir siendo parte de esta gran familia.
Cómo podríamos llevar a la práctica lo anterior?
1. A través de un contacto personal. Este se daría mediante un tes-timonio. Es decir, por «atracción». Pero debemos desde un principio ser claros en explicitar de qué se trata. Una organización? No. Dejar simplemente que fluya el Espíritu.
2. Ser claros también en delinear la espiritualidad de Nazareth. Se trata de un compromiso con el hermano, desde Jesús, pero en las condiciones más ordinarias de la vida. Llevar el «culto» al mundo, en vez de llevar el mundo al «culto»: éste tomará su lugar en el momento oportuno. En este sentido, se parece más a un «Primer Anuncio» o Kerigma, aunque no necesariamente explícito. Pero sí, con la seriedad y la fuerza testimonial suficiente.
3. Debe marcar un estilo de vida y de relación donde lo primordial sea el amor, extendido a todo ser humano. Y debe transparentar el Evangelio, de tal modo que sea evidente. En otras palabras, ser Evangelio viviente, desde el lugar de Nazareth. Llevar el Misterio a la realidad cotidiana y desde alli, tejer relaciones de amistad y fra-ternidad, donde se pueda decir «Cómo se aman!»
4. Por último, un compromiso personal de oración que pueda dar frutos de amor y entrega a los demás, especialmente a los más pobres, creando condiciones para la Justicia y la Caridad universal. Todo ésto, con la fuerza del Espíritu. Para ésto, ser fiel al mismo.
Tomando pie en la «Obediencia del Espíritu», tendremos que mirar por dónde nos lleva el Espíritu. No puede ser un camino distinto del de los Primeros cristianos. Pero sí, insertarse en la realidad de hoy. Es este presente de la historia que nos interpela y nos pide dar una respuesta. Esta no es distinta tampoco al Evangelio. Pero cómo hacerlo desde el hermano Carlos? Vale decir, desde Nazareth? Desde una «Fraternidad amplia» no quiere decir hacerlo menos radical, pues ésta la da el Evangelio. Pero sí hacerlo asequible a un mínimo de personas- no tanto por la cantidad, sino por la calidad- de tal modo que se cree una identidad y a la vez relaciones directas, pero cada uno en su «Nazareth». Creada esta identidad, se podría pensar en una pequeña estructura, muy pequeña, en la cual la identificación tenga lugar. Y este pequeña estructura tendría solo un fin: Garantizar la vivencia del Evangelio en un contexto social, personal y familiar. Y vale agregar, de estilo Laico.
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Cada uno de los miembros de la Comunidad Ecuménica Horeb Carlos de Foucauld estamos llamados, fruto de nuestra vivencia de Nazaret, a vivir una fraternidad interna como comunidad y una “Fraternidad abierta” como nos propone el hermano Rogelio. Que el Espíritu del Señor Resucitado nos ayude en esto.
BOLETÍN DE “NOTICIAS Y COMUNICACIONES”
Nº 238 – 29 de mayo de 2019
Comunidad Ecuménica Horeb Carlos de Foucauld
http://horeb-foucauld.webs.com
Maximiliano Kolbe, además de santo, es un símbolo universal del espíritu de sacrificio y de la solidaridad humana. Tras ingresar en la orden de los franciscanos, Kolbe se convirtió en editor de varias publicaciones pastorales y fundó la denominada «Ciudad de la Inmaculada» cerca de Varsovia. Sus actividades apostólicas despertaron el recelo de las autoridades alemanas y Kolbe fue llevado al campo de concentración de Auschwitz en 1941. Allí, en un acto de amor extremo, Kolbe sacrificó su vida para salvar a un padre de familia condenado a muerte. La vida de este Santo no es sólo una biografía ejemplar, sino un mensaje de esperanza. En palabras de Juan Pablo II, Kolbe se ha convertido en un «signo de la nueva era: la civilización del amor».
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NOTICIAS HOREB 79
Hay dos clases de corruptos. Los corruptos activos y los corruptos pasivos. Activos son los que matan, roban, mienten, ofenden o hacen daño de la manera que sea. Pasivos son los que se callan o se cruzan de brazos ante los atropellos y las injusticias que cometen otros y que se tendrían que denunciar, pero los corruptos pasivos se callan o se quedan quietos, para no complicarse la vida.
Con la actividad de unos y la pasividad de otros se produce la sociedad corrupta, engendro de todas las violencias y causa de indecibles sufrimientos.
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NOTICIAS HOREB 78
Presentación de los libros «El Cristianismo» y «El Islam» de Josep Lluís Vázquez el próximo jueves 25 de septiembre a las 19h en la Llibreria Claret – Barcelona (España). Invita la Editorial San Pablo, el Institut Emmanuel Mounier Catalunya y la Comunidad Ecuménica Horeb Carlos de Foucauld con las intervenciones de Nicolás Saiz, teólogo y hermano de la Comunidad Horeb y Gabriel Sanz, experto en diálogo interreligioso.
Si bien en el seguimiento evangélico de Jesús de Nazaret, en el carisma de Carlos de Foucauld, los hermanos y hermanas de la Comunidad Ecuménica Horeb, acentuamos con Jesús el tiempo de Desierto (oración, acogida, discernimiento), vivimos también con Jesús el tiempo de Nazaret (trabajo, compromiso social y eclesial) y el tiempo de Palestina (amistad, sanación y anuncio del Reino de Dios), con una vocación de intercesión ecuménica: Que las Iglesias, las Religiones y las Naciones se dejen conducir por el Espíritu de Jesús de Nazaret, Espíritu de Justicia, de Amor y de Paz.
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NOTICIAS HOREB 77
Queridos hermanos y hermanas: Paz y Alegría!!!
Dos letras para desearos, los que vivimos la etapa estival y los que os coge trabajando, “tiempos de serenidad y de renovación”.
Un abrazo fraterno.
JLVB
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NOTICIAS HOREB 76
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BOLETIN HOREB 49
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BOLETIN HOREB 48
REGLA DEL HOREB
Comunidad Ecuménica Horeb Carlos de Foucauld
Autor: J. L. VÁZQUEZ BORAU
Estado: Público
N° de páginas: 76
Tamaño: 150×210
Interior: Color
Maquetación: Pegado
Acabado portada: Brillo
ISBN eBook en PDF: 978-1-291-95757-0
Regla de los hermanos y hermanas de la Comunidad Ecuménica Horeb Carlos de Foucauld.
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